¿Se sobrevive a una infidelidad?
Lic. Gabriela Rougier - Psicoterapeuta
Pareja / 11 agosto 2020
La Lic. Gabriela Rougier (Argentina) será docente del curso en consejería matrimonial que arranca este lunes 4 de abril. Para más información del curso ingresar a: Consultora Dynamis » Experto en Consejería Matrimonial
Gabriela Rougier recomienda no tomar decisiones apresuradas ni en base a la presión del entorno. Una infidelidad marca un antes y un después en nuestra vida, es un golpe al ego, a la confianza y a la imagen que habíamos construido del otro y de nuestra relación. Al mismo tiempo, nos lleva a cuestionarnos nuestro propio sistema de creencias. Quizás éramos de las personas que piensan que un engaño no se perdona, pero cuando nos ocurre, nos damos cuenta de que hay muchos factores que no tuvimos en cuenta.
“Si te engaña una vez, te engañará siempre” “Perdonar una infidelidad es un acto de debilidad” “Los hombres no están hechos para la monogamia”
En tiempos del poliamor, diversidad y mentes abiertas, la infidelidad sigue siendo tan dolorosa como siempre lo ha sido o más. La influencia innegable de las nuevas y no tan nuevas tecnologías hace que nunca haya sido tan fácil engañar y nunca haya sido tan sencillo ser descubierto. Esther Perel, terapeuta de parejas reconocida internacionalmente, plantea que “Hoy podemos ser testigos del engaño en tiempo real”.
La mayor parte de las infidelidades se descubren a través de dispositivos como celulares o tabletas. En un segundo el mundo secreto de nuestra pareja se despliega ante nuestros ojos. Posiblemente presenciemos intercambios amorosos, eróticos vía chats, imágenes en tiempo real, que hacen que el descubrimiento del engaño sea una experiencia traumática, refiere Gabriela Rougier, psicóloga especialista en terapia de pareja y crisis de infidelidad.
¿Por qué duele tanto la infidelidad?
Algo que hoy sabemos y que antes se desconocía es que el descubrimiento o la revelación de una infidelidad es una experiencia traumática. La persona engañada puede experimentar síntomas de estrés postraumático como insomnio, desesperanza, ansiedad, pérdida de apetito, pensamientos obsesivos, flashbacks (imágenes de la infidelidad que vienen a la mente de manera involuntaria), entre muchos otros.
Antes de saber sobre el tremendo impacto que el engaño tiene sobre las personas, se tendía a pensar que si alguien decidía perdonar un engaño, lo mejor sería dejarlo atrás y seguir adelante con una actitud positiva. “La realidad es que el proceso de recuperación no funciona así, la persona engañada va a necesitar volver una y otra vez a la situación traumática, hacer preguntas y expresar su dolor y desilusión” refiere Gabriela Rougier. “La postura que la persona que engañó tome con respecto a la infidelidad será fundamental para que esa pareja tenga alguna esperanza de recuperación, continúa.
¿Género u oportunidad?
Una pregunta que surge frecuentemente es ¿Quién es más infiel? ¿El hombre o la mujer?
Históricamente las mujeres estaban confinadas a las tareas domésticas y a la crianza de los hijos, mientras que los hombres salían de casa, viajaban y estaban en contacto con otras personas que podrían resultarles potencialmente atractivas. No es extraño que el porcentaje de hombres infieles fuera mayor al de las mujeres. Hace ya varias décadas las mujeres han comenzado a ganar espacio en ámbitos que en el pasado eran exclusivamente masculinos y no es de sorprender que las estadísticas indiquen que hoy no existe diferencia en el porcentaje de hombres y mujeres infieles. Lo que las investigaciones concluyen es que no se trata tanto de cuestiones de género sino de oportunidad. Hoy en día tanto hombres como mujeres tienen las mismas oportunidades. En la línea de la oportunidad, sabemos también que la mayor parte de los engaños, el 80%, ocurren en ámbitos laborales. Solemos pasar más tiempo con nuestros compañeros de trabajo que con nuestra propia familia. El trabajar juntos por un objetivo, la ansiedad y la presión compartidas, las horas extra llevando proyectos adelante, etc, pueden generar descargas de adrenalina que pueden confundirse con la activación sexual.
Shirley Glass, reconocida por sus investigaciones sobre infidelidad, plantea que la mayoría de los engaños no se inician al estilo “atracción fatal”. Todo lo contrario, las relaciones paralelas suelen comenzar inocentemente, cruzando ciertos umbrales. Un café, una charla en el pasillo, un almuerzo en el que empezamos a sentirnos cómodos con el otro y a compartir nuestra intimidad emocional. La autora plantea que cuando tu compañero o amistad conoce más de tu relación de pareja, de lo que tu propia pareja sabe sobre ese compañero o amistad, posiblemente estés cruzando ciertos límites que pueden llevarte a una infidelidad emocional. No pasa mucho tiempo hasta que ese vínculo emocional se transforme en algo sexual.
¿El que engaña una vez, engaña siempre?
Hay muchas razones por las que alguien puede ser infiel. Hay personas que buscan incansablemente la excitación de la conquista y cuando la relación evoluciona a algo más profundo, necesitan volver al ciclo de enamoramiento sin madurar en la relación. Son buscadores de emociones intensas y posiblemente vuelvan a reincidir a pesar de ser descubiertos. Pero, al contrario de lo que solemos pensar, este no suele ser el perfil de aquellos que consultan por un problema de infidelidad. Hay muchas otras personas que se involucran con un tercero porque están atravesando una crisis personal o de pareja. No siempre una infidelidad se comete por estar mal con el otro. A veces se trata de una búsqueda de aspectos de la propia persona que están perdidos o no explorados, otras veces de experiencias que nos conectan con nuestra propia muerte o la finitud de la vida (la pérdida reciente de un ser querido, un problema de salud, etc). Se trata de situaciones que nos llevan a preguntarnos si no hay algo más por vivir o sentir. En general cuando lo que desencadena un engaño es una situación de pareja, lo que suele ocurrir es que en lugar de llevar las preocupaciones, lo que nos angustia o necesitamos a la relación, nos empezamos a distanciar, empezamos a ver al otro de manera negativa, estamos mejor dispuestos a conectarnos con un tercero y empezamos a comparar a nuestra pareja con esa otra persona. Para Michelle Weiner Davis es totalmente injusto comparar una relación de años con un potencial amante. La novedad de lo que no conocemos, puede llevarnos a tomar una decisión o a cruzar un límite que pondrá en peligro nuestra relación actual generando un daño que a veces puede ser irreparable.
Las buenas personas cometen errores, no todas las personas que engañan son “infieles crónicos”, refiere Gabriela Rougier. La excitación y la intensidad que genera lo clandestino, el secreto, lo nuevo, hacen que sea muy difícil para la persona involucrada cobrar real dimensión del daño que puede causar a su pareja. En muchas situaciones, sólo al ver el dolor y el sufrimiento que causaron en el otro, toman real dimensión de las consecuencias de su decisión.
¿Se sobrevive a una infidelidad?
Para Michelle Weiner Davis, especialista en terapia de pareja y autora de libros sobre infidelidad, el camino que lleva a recuperar la confianza tras un engaño es arduo y en picos. Está plagado de altos y bajos, pero no es tan difícil como separarse. La autora plantea que vale la pena intentar recuperar el vínculo ya que la separación muchas veces se idealiza pero es hasta más dolorosa que quedarse.
Gabriela Rougier recomienda no tomar decisiones apresuradas ni en base a la presión del entorno. Una infidelidad marca un antes y un después en nuestra vida, es un golpe al ego, a la confianza y a la imagen que habíamos construido del otro y de nuestra relación. Al mismo tiempo, nos lleva a cuestionarnos nuestro propio sistema de creencias. Quizás éramos de las personas que piensan que un engaño no se perdona, pero cuando nos ocurre, nos damos cuenta de que hay muchos factores que no tuvimos en cuenta: que el amor no desaparece con el dolor, que hay una historia previa de estar juntos en las buenas y en las malas, que quizás tengan hijos en común y un proyecto de familia, sueños, esperanzas, el arrepentimiento genuino y la vergüenza de la pareja, etc. No es bueno ni malo perdonar o no hacerlo. Es importante regalarnos el tiempo que necesitemos para procesar la experiencia y para decidir con qué opción podemos vivir en paz.
Me parece una valiosa información