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¿Cómo evitar que la crisis económica destruya tu relación de pareja?

Lic. Gabriela Rougier - Psicoterapeuta

Pareja    /    26 agosto 2021

Es casi inevitable que la crisis económica afecte de una forma u otra a la pareja. La pérdida del trabajo, la quiebra de una empresa, la disminución de los ingresos hacen que peligre el modo de vida, que aparezca la posibilidad de tener que mudarse, cambiar a los chicos de colegio, entre otras cosas. Esta incertidumbre genera mucha ansiedad ya que en su mayoría se trata de condicionantes externos que están fuera de nuestro control.

Como se señaló anteriormente, la crisis puede afectar a nuestra pareja de una forma u otra, algunas  terminan separándose y otras salen fortalecidas del mal momento ¿Qué determina la diferencia? En psicología de parejas existe el concepto de cuenta bancaria emocional.  Esta cuenta está llena de pequeños momentos de conexión que tienen las parejas durante la vida cotidiana. Si sé que mi compañero tiene una reunión complicada con acreedores, le hago un llamado para ver cómo le fue. Si él sabe que ese día tendré una entrevista de trabajo que me asusta, me enviará un mensaje de texto dándome ánimo o me llevará el desayuno a la cama. El tener  esta cuenta bancaria emocional o el empezar a depositar en ella pequeños momentos, es sumamente importante,  sobre todo en los tiempos de crisis económica.

Es aconsejable trabajar juntos para no perder las experiencias positivas que comparten como pareja. Quizás la crisis nos obligue a hacer algunos cambios, por ejemplo, salir un poco menos o ir a lugares más económicos. La realidad es que no necesitan grandes programas para compartir momentos positivos; mandar a los chicos a la casa de los abuelos y alquilar una película bastará para que puedan pasar un buen rato juntos.

Evitar que el estrés se filtre en la relación

Otro punto importante a la hora de prevenir la llegada de los problemas de pareja como consecuencia de una crisis en lo económico, tiene que ver con no dejar que el estrés se filtre en la relación. Generalmente frente al estrés tendemos a tomar dos actitudes diferentes, pero igual de dañinas. O bien nos guardamos todo, siguiendo el viejo mito de que “a los problemas del trabajo hay que dejarlos en la puerta de casa”, o bien descargamos nuestras frustraciones en el compañero. Lo único que logramos con esta conducta es abrirle de par en par las puertas de nuestro hogar al conflicto. ¿Qué hacer para remediarlo? Una opción es dedicar todos los días, al final de la jornada, media hora para conversar acerca de las cosas que los estresan. La idea es que puedan hablar por turnos, quince minutos cada uno y que quien escucha (y esta es la parte más difícil) sólo escuche, no dé consejos, no dé soluciones, simplemente se ponga del lado de su pareja y entienda  lo que le está pasando. De esta manera, podrán sentir que tienen un aliado en casa y no un juez que los va a evaluar negativamente.

 Saber cuándo frenar

Algunas discusiones serán inevitables, todas las parejas las tienen en menor o mayor medida. Las últimas investigaciones en psicología muestran que las parejas exitosas no son aquellas que no discuten, sino aquellas que saben cuándo parar el aumento de negatividad. Se entiende por negatividad a las críticas, los insultos, las agresiones y los gestos de desprecio, entre otras cosas. Es muy importante saber frenar las discusiones a tiempo y no dejar que se salgan de control. A veces simplemente se trata de usar pequeñas frases como: “necesito calmarme un segundo”, “¿podrías darme un beso ahora?”, “¿cómo puedo mejorar la situación?”, “me siento criticada, ¿podrías decírmelo de otra manera?” Otras veces solo basta un gesto, una sonrisa cómplice o alguna frase en código que ambos compartan, para hacerle saber al otro que por el momento ya fue suficiente. No es de menos importancia hablar sobre el cómo se dicen las cosas. Al emplear estas frases no es aconsejable utilizar el sarcasmo o tonos de voz amenazantes. Una actitud conciliadora y de sincera necesidad de parar será mucho más efectiva.  Entonces, no se trata de no discutir, sino de saber cuándo frenar.

Repasar la historia

Otra forma de fortalecer la relación y de protegerla de la crisis es intentar ver juntos  qué otros tiempos difíciles han tenido que superar (aunque no tengan que ver con lo económico) y cómo hicieron como pareja para sobrellevarlos. ¿Qué habilidades y recursos aparecieron en aquel entonces que podrían ser de ayuda ahora para afianzar la relación? También podemos recurrir a  hablar sobre qué significa este momento para cada uno,  de qué forma la amenaza o la pérdida concreta del trabajo afecta los sueños y proyectos a futuro, contarle al otro cómo se vivían en la propia familia las situaciones económicas difíciles y cómo se manejaba la incertidumbre en los hogares de origen. De esta manera podremos entender algunas reacciones del cónyuge y él podrá entender algunas de  las nuestras.

Publicado en: Revista Tendencia.

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